Acabamos de despedir a los alumnos de 4º de ESO y todos los que hemos tenido el privilegio de ser sus profesores sentimos un pequeño desgarro de emoción y melancolía.

La mayoría de ellos dejan el colegio después de más de trece años con nosotros. El último día de clase noté que ellos presentían que algo se acababa definitivamente. Que ya nada volvería a ser igual. Ni mejor ni peor. Será distinto. Y duele. A ellos y a nosotros.
Atrás quedarán risas y riñas, ilusiones compartidas, ese “por qué estoy hablando yo de esto” que tanto les hacía reír, textos y “contextos”, lecturas, comentarios, web quest, celestinas y machados…

Después de tanto tiempo, sé que nos recordarán con nostalgia. Y vendrán a contarnos cómo les va en su nueva vida, en su nuevo centro, como siguen haciendo los que ya se fueron antes. ¡Cuántos momentos inolvidables para vosotros y para todos nosotros!

Chavales –otra palabra que os traerá recuerdos- me habéis escuchado decir más de una vez que los poetas lo son porque son capaces de expresar con palabras lo que otros sentimos. Por ello, utilizando unos versos que conocéis muy bien, os digo: “hoy siento por vosotros, en el fondo/del corazón, tristeza,/tristeza que es amor…” De parte de todos los profesores, suerte y buena vida a todos.